Como comentamos con anterioridad el conseguir un alto nivel de estanqueidad es fundamental para el correcto funcionamiento de una vivienda pasiva. Además el Instituto exige unos niveles mínimos para poder certificar un edificio.
Dado que se trataba de nuestra primera experiencia en una obra Passivhaus, y debido a la complejidad de las soluciones en la “vivienda este” sentíamos una cierta incertidumbre con respecto a ese nivel de estanqueidad por lo que desde ONHAUS, empresa que nos proporciona las láminas de estanqueidad y cintas de sellado, nos ofrecieron su equipo BLOWER-DOOR para hacer un primer ensayo en la “Vivienda este”. En este primer ensayo descubrimos que el nivel de estanqueidad (igual o menor a 1 renovación/hora a una presión de 50 pascales) de la vivienda era superior al límite establecido por el Instituto.
Detectamos que fallaban los sellados en los encuentros de varias láminas y que la zona en la que los pilares metálicos atravesaban la solera (con el aislamiento de EPS intercalado) era un punto en el que se producían bastantes pérdidas.
Tras solucionar estos puntos por medio de láminas fijadas con cintas a los paramentos que rodeaban, ONHAUS volvió a prestarnos su equipo e hicimos un segundo ensayo. En este estábamos ya en 0,7 renovaciones (por debajo del mínimo del Instituto), sin embargo teniendo en cuenta que faltaban por colocar las carpinterías el margen no parecía suficiente y procedimos a corregir los encuentros entre los muros de carga de madera y la solera, donde volvimos a detectar infiltraciones.